Aquello que gobierna nuestras vidas es el pensamiento de que todo lo que nos rodea es lo verdadero y real y no lo que habita en nuestra propia conciencia, pero en realidad todo lo que nos sucede, lo que hacemos y creamos proviene del resultado de nuestro estado de conciencia.
Nuestra conciencia es todo lo que pensamos, deseamos y amamos, todo lo que creemos que es cierto nos lo concede, es por eso que es necesario un cambio de conciencia, antes de cambiar nuestro mundo externo.
Igual que la lluvia cae como resultado de un cambio de temperatura en las altas regiones de la atmósfera, de esa misma manera, un cambio de nuestra realidad sucede como resultado de un cambio en nuestro estado de conciencia.
“No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.”
Romanos 12:2
Para ser transformados necesitamos cambiar la base entera de nuestros pensamientos, que no pueden cambiar a menos que tengamos nuevas ideas, ya que nuestros pensamientos provienen de nuestras ideas.
Todo cambio empieza con un intenso deseo de ser transformado, el deseo es el primer paso para “renovar la mente”. Debemos querer ser diferentes y tener la intención de serlo antes de que podamos cambiarnos a nosotros mismos, traer al presente aquello que deseamos para el futuro, asumiendo el sentimiento del deseo ya cumplido.
Al desear ser otro diferente al que ya eres puedes crear un ideal de la persona que quieres ser y asumir que ya eres esa persona. Si persistes en esa asunción hasta que se convierta en tu sentimiento dominante, la obtención de tu ideal es inevitable.
El ideal que tu deseas alcanzar esta siempre listo para ser encarnado, pero a menos que tú mismo le ofrezcas paternidad humana, es incapaz de darse a luz.
Por lo tanto, tu actitud debería ser aquella en que habiendo deseado expresar un estado más alto –tú y solamente tú, aceptas la tarea de encarnar este nuevo y más grande valor de ti mismo.
Por lo tanto, tu actitud debería ser aquella en que habiendo deseado expresar un estado más alto –tú y solamente tú, aceptas la tarea de encarnar este nuevo y más grande valor de ti mismo.
En cuanto a darle nacimiento a tu nuevo ideal, debes tener en cuenta que los métodos de conocimiento mental y espiritual son totalmente diferentes.
Este es un punto que es realmente entendido por, probablemente, no más de una persona en un millón.
Este es un punto que es realmente entendido por, probablemente, no más de una persona en un millón.
Texto adaptado de Neville Goddard “El poder de la conciencia”