La ley espiritual de causa y efecto establece que nuestras acciones positivas tienen resultados positivos y de luz en nuestras vidas, mientras que las acciones negativas crean el caos y la oscuridad.
Nosotros elegimos lo que nos pasará mañana de acuerdo a la forma como tratamos a los demás, ese es nuestro libre albedrío.
Lo que ocurra mañana depende de cómo somos el día de hoy.